15 diciembre 2011

LV

Estaba ahí parada, con dos entradas en la mano para ver "El Gato con  Botas" y completamente ansiosa por lo que estaba por venir. Llegó, quizá, cuando menos me lo esperaba y verlo me produjo una sensación interna muy parecida a la que había tenido durante todo el día. El estomago se me hizo un nudo y la garganta se me cerro imposibilitandome para hablar, esta mareada y necesitaba creer que todo lo que había soñado se me hacía realidad.
Casi ni recuerdos tengo, como si las cosas estuvieran dentro de un vaso de agua con visión borrosa.
Buscamos lugar entre los últimos asientos de un cine casi vacío, del cual hicimos solo para nosotros.
A decir verdad casi siempre los nervios me juegan en contra, y hoy no iba a ser la excepción. Casi con miedo le confesé que había muchas cosas en mi cabeza y que estando con él todo se volvía mas confuso y mis movimientos mas toscos y poco acertados. Quedarme mirando la mismísima nada en busca de una respuesta, puede que haya sido lo mejor que pude haber hecho, porque sin darme cuenta sus labios estaban rozando los míos, robandomé instantáneamente todo eso que yo tenía guardado para él. No me dejó que yo de a poco se lo demostrara, no, tan arrebatado e insolente se lo llevó todo. Cerré los ojos y me entregué a él éxtasis en el que me encontraba sumida, posicioné mis manos de manera torpe entre su pelo mientras me atraía mas contra su cuerpo y se volvía mas intenso el movimiento de ambos. Ese perfume, ese que todavía tengo en mi nariz como si estuviera impregnado en mi ropa, hacía que mi corazón se acelerara y si no fuera porque lo sentía tan real, jamás hubiera creído que ese momento lo era. De a poco, pero casi naturalmente fui encontrando ese lugar en sus labios, como si desde el principio encajara a la perfección con los míos. Como si ya hubiera estado ahí alguna vez...
Me alejé, muy lento, casi cortando ese beso, casi interrumpiendo ese momento. Casi haciéndole desear todo lo que estaba a punto de darle. Cara de desconcertado, como preguntándome lo que estaba haciendo, claramente eso fue lo que percibí en su mirada. Sin lugar a dudas, dentro de ese borroso vaso de agua, entendí que me preguntó si ya no me sentía nerviosa, a lo cual respondí que no, pero que pronto se pasaría.
Apoyé mi cabeza en el respaldo intentando creer que todo eso era cierto, pero no me dio tiempo, su brazo me rodeó, me atrajo hacia él y esta vez un escalofrío me recorrió de pies a cabeza mientras me dabas un beso intenso, mientras me hacías sentir deseada.
Me costó menos de lo que pensé ganar confianza, fue cuestión de unos poco avances de películas para que ya estuviéramos abrazados mirando las imágenes que se proyectaban frente a nosotros, estaba tan ausente pensando en que te tenía al lado mio que poco pude prestar atención a esas películas infantiles.
Me perdía, me perdía en su mano que se paseaba por el contorno de mi cara, me perdía en la calidez de un abrazo, me perdía...
Seguimos igual, un par de besos, un poco de timidez de mi parte y desenfreno del suyo. En algún momento, a decir verdad no se bien cuándo me sentí extraña, me tomaste en tus brazos y cuando miré a mi alrededor ya no estaba en mi lugar, ahora yo me hallaba sentada sobre él. 
Ahora había mas contacto entre nosotros. Una frenesí poco controlable corría por mis venas mientras me tomaba por la cara y me besaba, cada momento se hacía mas intenso, recorrías mi boca, el contorno de mi mentón y el cuello, hacía conmigo casi todo lo que quería, excepto ciertas cosas en las que quería mantener mi imagen. A decir verdad sus manos estaban un tanto mas descontroladas que su boca y varias veces tuve que guiarlas yo misma para que no rozaran lugares incorrectos. Me hacía sentir como nunca antes me había sentido, tan descontrolada pero dentro de mis límites y siempre manejándome con cordura. Era una nueva sensación de desenfreno. Cada tanto lo sentía susurrar algo a mi oído o simplemente se quedaba mirando la gran pantalla mientras mis manos iban y venían entre su pelo. 
Quisiera que es tarde hubiera durado lo que dura un día, porque dos horas no alcanzan para compensar lo que contenemos hace tanto tiempo. Es muy cierto que lo bueno se hace esperar...

No hay comentarios:

Publicar un comentario